domingo, 13 de julio de 2008

Una nefasta tradición

Nacido el 7 de julio de 1928 en Italia, Alberto Ascari indudablemente marcó un mito en la historia de la Fórmula 1, luego de haber sido el primer bicampeón en dicha categoría durante 1952 y 1953. Entre estos dos años obtuvo nueve triunfos consecutivos, un récord que hasta el día de hoy no ha sido superado.
Durante sus iniciaciones en las pistas, Ascari, compitió en motos a la edad de 18 años, dando inicio así a las expectativas de los italianos que confiaban en el, como sucesor de su padre Antonio Ascari, fallecido un 26 de julio de 1935, luego de un accidente en Monthlery en plena lucha con su coequiper Campari. Fecha que marcaría una tradición fatal en la historia de su familia.
Sin embargo Alberto no tuvo un buen desempeño a bordo de las motocicletas, y fue así que en 1940 decidió dar comienzo a su participación en el automovilismo, más precisamente en las Mil Millas, para manejar un auto Fiat, diseñado por el constructor Enzo Ferrari. La historia terminó con un abandono, por fundir el motor, pero con la satisfacción de haber sido puntero de la carrera durante algunos instantes.
Ascari y Ferrari, se reencontraron en 1949, luego de su paso por Maserati y Cisitalia durante 1945, gracias a Enzo nuevamente, quien lo convocó para su equipo de Fórmula 2, y en 1950 entró con la Scuderia para afrontar el primer campeonato del mundo. De esta forma, en 1951 capturó sus dos primeros éxitos mundialistas, en Nürbrugring primero, y en Monza después, y que le permitieron llegar a la carrera final en España con chances al título, pero sus esperanzas se vieron frustradas luego de una magnífica jornada de Juan Manuel Fangio, su gran rival.
El retiro de Alfa Romeo y una nueva reglamentación que limitó la cilindrada a 2.000 cc, fueron dos factores importantes en 1952, que le permitieron a Ascari, los históricos nueve triunfos, entre las seis últimas carreras del 52 y las tres primeras del año posterior, para lograr el primer bicampeonato en la Fórmula 1.Un tiempo después, luego de la brillante coronación, Ferrari decidió desvincular a Alberto del equipo de competición, por lo cual decidió firmar para Lancia en 1954, una oportunidad que renovaba las esperanzas del primer bicampeón mundial de cara al próximo año. Sin embargo la temporada no fue buena, y Alberto tuvo que arreglárselas en pista con una Maserati, debido a las repetidas demoras del nuevo Lancia.
El 27 de mayo de 1955, Ascari pidió prestada una Ferrari Sport de tres litros en Monza, haciendo caso omiso a los consejos médicos que recomendaban reposo absoluto luego de haberse despistado en el Gran Premio de Mónaco y terminar en las aguas del Mediterráneo. La primera vuelta fue lenta, pero la segunda, a mayor velocidad, no la llegó a completar se despistó y volcó. Falleció al instante y dejó el eterno misterio de las causas de un accidente inexplicable para alguien que conocía el circuito de Mónaco como lo conocía el. Tenía 37 años, la misma edad que Antonio, su padre famoso, que murió de una forma muy similar 20 años antes, y el mismo día.





Ezequiel Gonzalo

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